lunes, 24 de marzo de 2014

EL COMENTARIO CRÍTICO DE UN TEXTO


Debe presentar una estructura argumentativa, con los siguientes apartados:

I.- INTRODUCCIÓN del tema. Dentro de la introducción pueden considerar dos
aspectos:

a) Localización
Se sitúa al autor del texto, o la época histórica, cultural o literaria, siempre si se conoce. En caso contrario, se salta. Es preferible no decir nada que “meter la pata”.

b) Valoración del propio texto

Se parte de la idea principal: se glosa, se explica. Hay que tener en cuenta que no siempre se pide opinar sobre la idea principal del texto, sino que se sugiere alguna idea que tenga alguna relación con el mismo. No se puede opinar sobre un texto que no se entiende. Se pueden utilizar apoyaturas (Citar textualmente  frases del texto, siempre "entrecomilladas”). El comentario puede incluir aquí explicaciones sobre esas ideas.


2.- DESARROLLO ordenado de las ideas. Es la parte más extensa. Se trata de
aportar argumentos que tengan relación con el texto. Hay que tener en cuenta
que se valorarán tanto los argumentos aportados, como la originalidad de los
mismos. No se trata, pues, de enumerar rasgos presentes en el texto, sino
aportar ideas sobre el texto. Pueden seguirse las siguientes pautas.
Relación entre el autor y el texto.
Se valorará la actitud o posición del autor, poniendo de manifiesto la
coherencia o incoherencia del texto, teniendo en cuenta:
la implicación del autor en lo que dice: Ø
- se lo cree
- no se lo cree.
el punto de vista: objetivo, irónico, afectivo, humorístico, etc. Justificarlo Ø
adecuadamente, citando el texto si es preciso.
la manipulación del material ideológico y lingüístico, señalando el uso de Ø
procedimientos literarios y gramaticales que lo justifiquen

Relación entre el texto y el lector.
Se puede estar de acuerdo, en desacuerdo, o matizar algunas ideas. Se
deben justificar adecuadamente los motivos de adhesión o rechazo, no
limitándose solo a señalar la postura ante el texto.
Hay que evitar siempre la visceralidad. Las opiniones deben ser medidas y
pesadas, tanto en el contenido como en la expresión. El elogio excesivo y la
crítica feroz no son muestras de mayor madurez, sino precisamente de lo
contrario. Comentar con mesura, sin miedo, pero razonadamente.

Se debe huir de expresiones como “me ha gustado” o “no me ha gustado” y sustituirlas por qué te ha aportado el texto en relación al conocimiento del ser humano, de la cultura, la historia, etc.


Relación entre el texto y la sociedad

Se prestará atención a las condiciones sociales, políticas, culturales, etc., que
el texto muestra, poniendo de manifiesto, si fuera necesario, su adscripción a
determinadas corrientes o grupos ideológicos presentes en nuestro mundo.
También es posible acercar el texto a nuestra realidad, estableciendo
relaciones con nuestras lecturas, aficiones, problemas, etc..., bien de una forma
general (aludiendo a su presencia en medios de comunicación de masas:
prensa, radio, televisión, cine,...), bien de una forma personal (situándonos
dentro de un determinado grupo, social, cultural, o incluso, político).


Relación entre el texto y la historia


En algunos casos, es posible establecer vinculaciones del texto con la tradición
histórica o con otros textos de diferentes épocas, señalando su oportunidad,
originalidad temática o formal, trascendencia o intrascendencia del texto. Podemos citar otros autores que hayan abordado temas parecidos a los de nuestro texto, así como referirnos a influencias recibidas o al legado que estas ideas puedan dejar en la historia.

Pequeña recapitulación y conclusión

Debemos finalizar el comentario con una recapitulación de las ideas fundamentales que hemos expuesto, así como una conclusión sobre la lectura.

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